El amor maternal es único e incomparable. La madre quiere a su hijo aunque este sea la peor persona que existe. La madre de Santiago lo amaba y protegía de todo y de todos. Ella le trató de advertir sobre el cura y de protegerlo cuando vio que lo querían matar. Las madres sienten un amor tan infinito por los hijos que ni la muerte puede acabarlo. Ella lo quería a pesar de que era un mujeriego. Las madres pueden saberlo todo, pero para ellas son perfectos. Todos debemos valorar a nuestras madres porque nunca sabemos hasta cuando la tendremos.
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